domingo, 16 de junio de 2013

Eleonore

   

   Hacía ya un buen rato que no llegaba ningún tren, pero Eleonore, apoyada tras una columna metálica en uno de los andenes, no había retirado la mano del revolver que guardaba en su bolso. El gran reloj que presidía solemne los andenes de la Gare d'Orsay marcaba ya más de las doce. Una maquina que maniobraba envuelta en virutas de humo blanco retrocedió lentamente dejando escapar un silbido. Por lo demás, la estación estaba practicamente desierta. Solo había un par de empleados de correos que organizaban un montón de sacas llenas de cartas transportandolas en carritos hacia la salida y un barrendero que hacía su trabajo con parsimonia. Eleonore volvió a mirar el reloj. Resignada sacó la mano del bolso y se dirigió a la salida. Otra vez se había vuelto a escapar. Aunque quizás le hubieran dado mal la información...
Fuera no había ningún taxi, asi que decidió regresar caminando y pensar tranquilamente en cual iba a ser el siguiente paso. Como hacía algo de frio, se ajustó el abrigo y hecho a andar hacia el otro lado del rio. El cielo estaba encapotado desde hacía un rato, pero no terminaba de decidírse a dejar caer una sola gota de lluvía. Cruzando el Sena, se detuvo en medio del puente y se quedó allí un rato pensativa mientras fumaba un cigarrillo. Los reflejos del Louvre en el agua la devolvieron por un momento a los tiempos en los que la ciudad olía siempre a polvora. ¿Estaría él ahora en Paris? ¿Cómo le encontraría? Quizás la había descubierto y sabía que lo esperaba... Entonces, cómo si hubiera percibido su presencia se puso alerta. Todos sus sentidos se pusieron en guardia y sacó la pistola. En el puente no había nadie, y sin embargo lo sentía cerca... Como si la muerte extendiera su aliento desde el infierno. Y lo vió, allí estaba. En uno de los relojes de la fachada de la Gare d'Orsay se apreciaba una figura oscura junto a las agujas del reloj. Solo se veía una mancha negra junto a los números, y sin embargo sabía que era él, allí tan cerca... No le veía la cara, pero sabía que sonreía, lo sentía y se lo imaginaba perfectamente. Empezaban a caer gotas. Era imposible que ambos se pudieran ver con claridad por la distancia, pero sabían que se estaban contemplando desde lejos... De momento, apenas una silueta recortada contra la luz del reloj. Pronto se verían más de cerca, después de tanto años... Eleonore advirtió como la figura levantaba la mano a modo de saludo y desaparecía de la esfera del reloj al tiempo que la lluvía se hacía más intensa. Permaneció de pie mirando hacia la estación, sintiendo como el agua le resbalaba por el pelo y por cada poro de su piel. Su cuerpo parecía acumular energía por momentos. Se echó a reir, excitada, hambrienta de rabia y venganza; con la mirada incendiada de un odio sin límites. Por fin tendría la oportunidad de matarle.
   
   - Si, las últimas cartas se jugarán en Paris. Los dos lo sabemos...  -dijo en voz bajita.

domingo, 2 de junio de 2013

The piano


Me sería muy difícil hacer un comentario de esta película; de sus personajes, de su música... Dejo pues aquí, esa melodía que tanto me dice, mis desvarios y el trailer en VO para quien se anime a ver la palícula.





Allá donde el silencio viaja a la velocidad del sonido
y las palabras mudas hablan a través del piano
habita su mirada insondable traspasando la selva
y vibra su piel con cada nota, con cada caricia
No media la soledad de los días grises
ni el abandono tan lejos de casa
solo suenan las teclas del corazón de Ada
rasgando los jirones de la pasión oculta tras el negro
Sabe que parte de ella quedó atrapada allí
en el lodazal de una tierra lejana
en una cabaña de fuego y música
dentro un piano bajo las aguas del recuerdo


El trailer: