miércoles, 26 de marzo de 2014

MÚSICA, con mayúsculas. II

Mike Olfield es quizás uno de los mejores compositores del siglo XX. Su música hace viajar a quien la escucha por escenarios de lo más variopintos, y desde luego, no deja indiderente. Este concierto de Tubular Bells II es de sus obras más conocidas, y merece escucharse entero y tranquilamente; mientras se lee o se descansa... Hay colores para todos los gustos, pero entre las obras de Mike Olfield suele haber de todo un poco, asi que es raro no encontrar algo que nos agrade de la  mano de esos solos de guitarra tan característicos del músico. Asi que sin más... ¡El concierto



miércoles, 12 de marzo de 2014

Domingo dulce...

No olvidaré como aquella sonrisa colgaba de tus labios esa tarde fabricada para nosotros. La música acompañaba nuestros pasos, y nuestras miradas esquivas eran seguidas de alguna risa nerviosa. Y supo tan bien, cuando se rompió el cerco, sabías tan bien cuando te probé... Y eso que me repetí las normas de autocontrol un millón de veces antes de encontrar el marrón de tus ojos mirándome tras tus gafas cuando me saludaste. Pero era TAN difícil permanecer inmune a ti... Tan difícil esquivar un roce de tu brazo. Granada era un paseo de artistas, enjambres de guiris aprovechando cada rayo de sol, una guitarra y un clarinete rasgando la tarde, un bosque que hablaba de nuestro silencio... Y nosotros... Nosotros jugabamos al escondite con el futuro mientras nos besábamos.


sábado, 8 de marzo de 2014

Memorias/reflexiones de un viaje que acuden a mi mente a medianoche no se por qué.

   A lo largo de aquel viaje camine sobre multitud de bordillos. Comenzó como una simple dirversión, como una manera de mi propio equilirbrio durante x tiempo. Y con esta soberana gilipollez, desdubrí tantas cosas... En primer lugar, a disfrutar de un reto, a saborearlo en los buenos y en los malos momentos, e incluso si fracasas en tu proposito. También es necesario asumir retos a medida, porque si el bordillo es tan estrecho como para ponernoslo muy complicado, no nos saldrá nada y nos desanimaremos. Solo poco a poco iremos marcando y estableciendo nuevos límites. Eso no quiere decir que no podamos ser radicales en lo que consideremos necesario cambiar o hacer, con nosotros mismos o con lo que nos rodea. Se trata de construir propositos, intenciones, proyectos para lograr algo, y eso a veces solo sale bien sin precipitarse, y sobre todo sin querer hacerlo todo de golpe. Tampoco se trata de de minusvalorar nuestras posibilidades y de creer que no podremos caminar por ese bordillo, porque es importante cambiar asumiéndolo como un reto. Si no es así, si el bordillo es tan ancho que no implica ninguna complicación caminar sobre él, no tendremos la suficiente motivación. Por eso debe de ser un reto a medida, que no nos sobrepase, pero sabiendo que no tiene porque marcarnos un ímite necesariamente. También es necesario saber cuanto tiempo queremos dedicarle, cuanto merece la pena jugar a mantener el equilibrio; elegir como podemos caminar sobre él, a que ritmo; aprendiendo cuando caemos. Levantándonos. Y sobre todo sabiendo que hay MUCHOS bordillos, y que si no nos convence caminar sobre alguno, siempre podemos inventar el nuestro. Esto, es vivir.