miércoles, 28 de enero de 2015

Munich


Sumando las edades
del cielo gris, la curva
de una nota repetida 
sonó en Munich.


Extraña esa paz,
extraña esa quietud violenta
que vaga por las aceras
mientras la nieve cae en silencio.
Había tanto en cada huella 
que iba dejando...
Ni el blanco del cielo cayendo en remolinos
de la oscuridad vertical
podía borrar ese pasado compuesto.

viernes, 16 de enero de 2015

Pequeños momentos en Nantes...

Noche surrealista y maravillosa. ¿Qué hacen un sudanés, un francés y un español en un irlandes? Pues beber cerveza, aprender francés, inglés, árabe y castellano; y hablar de lo adorable que es la chica de la mesa de en frente, la de azúl.

martes, 13 de enero de 2015

Los laberintos de la noche siempre encierran  toda esa amalgama de contradicciones  que descienden en virutas de desidia desde alguna esquina de la (sin) razón, incapaz por lo visto de funcionar llegada cierta hora y/o ciertos momentos. Es cuando el alma se diluye en el estanque, cuando todo aflora y todo es frenético al mismo tiempo que pausado, debido quizás al cansancio. Toman todas direcciones, son un vortice. No sabes que sentir, solo sabes que en parte te sientes un poco tonto; porque a veces todo lo que crees ser es contradictorio y caótico, y pese a eso no puedes dejar de ver cierta belleza en esa bomba de relojería, en esas corrientes eléctricas que sacuden el alma y la zarandean fuera de control. Y de vez en cuando es bueno dejar que se pierda.

En los laberintos de la noche Selene juega con el horizonte, y Cronos me sorprende una vez más, desbocado en mis instrospecciones nocturnas... Hasta que el sueño vence los impulsos y todo queda en off.


jueves, 1 de enero de 2015

Un País de Cuento

No esperaba comenzar tan pronto el año en el blog, pero no quiero dejar de compartir por aquí, lo que me parece ya  una de las obras maestras del humor español, y con la que cerré el año de una manera bastante divertida. No solo porque me hizo reir, sino porque es realmente original la manera en la que se dibujan muchas realidades de este país. Merece la pena verlo de principio a fin. Y quizás, aunque no es lo mejor de todo, me quedo con el maravilloso ese maravilloso final en el que Jose Mota nos hace ver el lado positivo de las cosas ;) 500 risas merecen la pena.