viernes, 8 de julio de 2016

Instantanea de la Ciudad Mosaico


Neoliberal y okupa,
geométrica, curva,
caótica, planificada,
surrealista y única.
La ciudad mosaico
sueña despierta entre
huelgas y enjambres de turistas.
¿Cuantos litros de sangría?
¿Cuantos kilos de paella?
La crónica se escribe
en un banco de granito
de la Estació de França,
fin de trayecto
en esta ciudad eléctrica
con venas plenas de colesterol
y juegos de sombras
por las esquinas.
Esa lucha perpetua
entre catedrales y ensanche
se mira en el espejo del
Mediterráneo con frenesí,
empujada por el murmullo
del tráfico.
No sabe si es medieval o contemporánea,
solo que es una amalgama
de encuentros sin medida,
un mosaico de humanidad.