viernes, 24 de febrero de 2017

El inglés

   "Yo a mi hija no la dejo ver los dibujos en español. Se ha hecho a la idea de que o en inglés o no no hay dibujos. Se tienen que acostumbrar desde pequeños·" -Decía una señora bien dispuesta la otra mañana en la radio.- El programa era un debate de Radio Nacional en el que se discutía sobre la importancia de los idiomas y de por qué a los españoles se nos dan tan mal otras lenguas.
   Tal vea sea cierto. España es un país al que le cuesta comunicarse en otras lenguas, o al menos en aquellos sitios donde solo se habla castellano. Posiblemente por ello creo que tenemos, cada vez más, una obsesión creciente por la lengua de Shakespeare, entendiendo que no hay más idiomas por aprender. Tengo la sensación de que estamos pasando del complejo a sumergirnos de lleno en una aculturización sin límite alguno. Me explico:
   Entiendo la importancia del inglés, por los motivos socioculturales, históricos y económicos que sean. Entiendo que las lenguas son herramientas de comunicación y que por ello la gente las aprende por un fin puramente práctico en la mayoría de los casos. Otra cosa es que lo comparta o que lo tenga que asumir sin cuestionarme nada ¿Y por qué? Pues porque las lenguas, a parte de herramientas de comunicación, son un elemento cultural, es decir, implican una manera de expresarse y por tanto de ver el mundo en la medida en la que te comunicas de una manera diferente con este. Y cuando pasamos de hablarlas a interiorizarlas al nivel en el que lo estamos haciendo, cabe preguntarnos si son algo más que una herramienta. 
   Los anglicismos, de la mano de un sistema económico y de una cultura muy concretas, se han colado en la vida del españolito medio y vienen para quedarse. Juegan un rol cultural en un país volcado culturalmente hacia mundo anglosajón como es el nuestro. Entiendo y comprendo que se importen palabras de otros idiomas, porque al fin y al cabo, las lenguas evolucionan en gran medida a base de intercambios entre ellas. Lo que me choca es esa facilidad con la que asumimos términos, expresiones y palabras que aparecen revestidas de un aurea de modernidad por el mero hecho de estar en inglés. Luego la traducción puede no parecernos tan cool, pero a nosotros nos suena mejor. Y es ahí a donde voy: ¿por qué estamos llegando al punto en el que el castellano nos suena de alguna menera "viejo"? ¿Por qué no saber inglés es de"catetos"?
   Hay quien ve todo esto "natural", como si el darwinismo cultural de la globalización fuera algo que tenemos que asumir sin más porque se impone lo práctico, el venderse, el comercio, lo técnico. Pero lo cierto es que nuestras sociedades van hacia un proceso de homogeneización imparable, hacia una cultura global de la mano del inglés y de un capital sin fronteras que amenazan algo que creo que es muy importante: la diversidad cultural y la misma capacidad de entendernos siendo diversos y no viendo el mundo bajo un único prisma cultural.