Corazones en estado de alerta
plagados de rebeliones incendiarias
en el baile del ocaso
una cuerda que palpita
Frente al frio cemento
la calidez que envuelve el alma
no hay frialdad sin muerte
no hay miradas incandescentes sin amor
Sin blindar el alma con los candados del temor
dejando que vibre cada rincón
la risa de la vida
fundiendo las cadenas de la prisión
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