La estación del norte en Madrid es uno de esos edificios históricos que hace que se me encoja el corazón. Desgraciadamente, el tiempo y la modernidad han acabado con gran parte del encanto que tenía antes esta maravillosa estación. Desde 1993, perdió los trenes de largo recorrido con el norte, principalmente con Galicia y solo quedó para cercanías. Poco después se acabó con gran parte de la playa de vías y se contruyó un centro comercial bajo la gran marquesina. Sirvan las imágenes como comparación con la aberración que se hizo después:
La Estación del Norte cuando era una estación de verdad en los años 80, antes de la reforma:
La estación hoy día, convertida en un rdículo decorado de cartón y piedra del consumismo:
Mientras tanto, así permanece el antiguo edificio de viajeros aledaño a la marquesina:
Esto es lo que hicieron después de tantos años de abandono:
Exacto, color, música electrónica, y fiesta, o al menos lo que hoy día entienden por tal. Por supuesto que Adif cedió a una empresa privada el edificio y su gestión para su restauración. Encima tendremos que agradecer a la administración pública el interés que se han tomado.
Y por si quedan dudas de las bondades urbanísticas de lo que se hizo, aquí podemos observar a que fueron destinados la mayor parte de terrenos de las instalaciones ferroviarias:
Antes:
Ahora, donde más de la mitad está ocupado por... ¡Tachan! Edificios, si. Las grandes instalaciones reducidas a una pequeña playa de vías por donde ya solo pasan trenes de cercanías. Por supuesto la marquesina principal, que ahora alberga el centro comercial, está escondida detrás de tanto bloque:
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La gran catedral de hierro
donde confluían rios de gente
y trenes expresos hacia el norte
hoy solo es un burdo esqueleto metálico
que aloja las miserias y la ambición
de aquellos que preferían
el burguer king y el ladrillo
a andenes de emociones,
cargados de los sueños a ritmo del traqueteo
que viajaban en tren expreso
Asesinos del romanticismo
se proclamaban visores de la modernidad
Yo desde aquí les digo:
maldita sea vuestra mezquindad.
Yo me bajo en la Estación del Norte
Vosotros quedaros con el centro comercial
con vuestros ladrillos podridos
y con vuestra macrofiesta sin final
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