De las lluvias de otoño,
de los cafés a las orillas
de un rio de tinta;
queda un daguerrotipo borroso
derrotado por nostalgias pasajeras.
De una corbata mal puesta
guardo una sonrisa en el bolsillo,
y del perchero del tiempo
cuelga esa críptica melodía
que envuelve las ideas por turnos.
El fino aguacero resbala
al vacio desde el gris del cielo.
Llueve en Nantes.
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