Querría dibujarte sin la ropa
que nunca te llegué a quitar
y desabrocharte la mirada
en la que nunca me llegué a hundir.
Querría intentar querer
tus misterios y desvelos
más allá de tus manos,
más allá de los pasillos.
Se que la noche es la noche
y el día es el día,
pero por el mar se puede navegar
-como por tus ojos-
a cualquier hora.
Querría enarbolar mi boca
en la batalla de silencios
que hay entre tu y yo,
y que encierran
esa electricidad que nos profesamos.
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