Ver la soledad de la piedra
-que también es la mía-
escribir la historia en susurros de brisa
por los cerros desnudos
Y dar otra dimensión al tiempo
y a las páginas que florecen en mí
con cariño, con paciencia
acariciando el papel sin miedo
Hoy cosecharé mis palabras aquí
al pie de la muralla y la luna
regándolas con luz de invierno
espantando las sombras vagas
Aprendiendo. Amando.
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