jueves, 24 de septiembre de 2015

En la estación de Chamartín.

   Una lusófona despistada se acerca al guardia de la consigna para preguntarle como va la cosa.
   - No la entiendo ni torta, señora -alcanza a decir el castizo securata.
   La lusófona, despistada ante la elocuencia de su interlocutor, se marcha diciendo:
   - Muito obrigada, muy amable...

Espero que al menos el señor entendiera eso...

lunes, 21 de septiembre de 2015

Una vez más...

El amanecer empieza a dibujar
una tierra que ya queda atrás...
Mis circunstancias y yo,
facturadas en turista,
vuelan ya hacia Castilla
empujadas por un suspiro
del viento de poniente.
Atrás queda, taciturna,
la ciudad de las palmeras;
y el horizonte se abre
al camino del tren.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

En la sala de espera.

No se quien es él/la que se encarga de "amenizar" la sala de espera del dentista, pero desde luego no hace mucho por procurarme algo interesante mientras espero que el dentista cumplimente su revisión anual con un "todo está bien". En la salita de este viejo edificio hay una mesa en el centro llena de revistas del corazón apiladas anárquicamente. En la televisión siempre hay alguna tertulia de las de telecinco, o derivadas. La atmósfera de la salita, enfocada por lo visto a señoras a las que inquietan estos menesteres, invita a la banalidad y al marujeo. Confieso que a veces me entran ganas de coger revistas y plasma y tirarlos por la casi siempre abierta ventana que da a la calle. Suerte que el libro que suelo llevarme me disuade de hacerlo y consigue enredarme entre palabras más propensas a transmitir algo más interesante. No obstante, si hay por aquí algún encargado de proveer a las salas de espera de material lúdico, le invito a que reconsidere su contenido.