martes, 21 de julio de 2020


Mirar este horizonte
es mirar por el retrovisor
de las páginas de mi vida,
escritas en ese hueco familiar
que se dibuja de luz
entre la montaña y el mar,
entre cada uno de mis yos.

Cuando ya no camine sobre la arena
los vientos de levante y poniente
seguiran meciendo
-en susurros o a gritos-
el tiempo de esta esquina esquiva
adormecida en las tardes de verano,
besada por cielos de fuego.