jueves, 26 de noviembre de 2020

1914

Las banderas se agitan tanto

como una extraña tempestad de verano

golpeando los tambores de guerra

que vibran en el cielo de las ciudades.


En los hormigueros de Europa

millones de orgullosas hormigas

bailan la muerte sin saberlo

borrachas de nación y patria.


La falsa mística de la gloria

parte en trenes abarrotados de una música irreal

que ahoga la voz de Jean Jaures

en la pólvora y la ignorancia.


Nadie ve aún las ratas mordisqueando los cadáveres

en las sórdidas trincheras

ni las cortinas de gas mostaza

sobrevolando los ahogos y llantos

de los impecables uniformes de colores.


Después de tanto dolor e hipocresía

el mundo no volverá a ser el mismo

pero todavía imperios y naciones

burgueses y obreros

sueñan el sueño de unos héroes

que en realidad no existen

que no existirán nunca

más allá de la prensa, los monumentos o el cinematógrafo.


El choque comienza. La pesadilla es real.

1914

    1915

       1916

          1917

             1918

sábado, 21 de noviembre de 2020

Poema corto para Magda

Entre el ruido y el bosque estás tú,
esculpida de luna y letras,
destruyendo las convenciones de la literatura universal
con esa delgada sonrisa
que planea a todas horas sobre mi memoria...

 

martes, 17 de noviembre de 2020

Te pienso como este atardecer de otoño:
cálido y único,
bañando de luz todas esas esquinas
que haces temblar dentro de mí.

 
Te dibujas en el horizonte
como hebras de nube
que alzasen el vuelo,
invitando a enredarse en sus alargados cuerpos.

Eres como los remolinos hipnóticos
que el mar traza junto a mí
con el murmullo lento y acogedor
que me recuerda a tu voz.

Pero sobre todo, me gusta pensarte
vestida de amanecer en la misma cama,
despeinada y envuelta en tu piel de mañana.
Cercana, real, inverosímil.

viernes, 13 de noviembre de 2020

   Es extraño y a la vez normal, pero a veces coincides en el espacio y en el tiempo con personas con las que estableces vínculos muy fuertes casi sin querer, personas que en ocasiones están lejos pero se sienten muy cerca. Sin embargo, creo que nunca antes había percibido algo así con alguien que está en la otra punta del mundo. Tampoco tenía, desde hace mucho tiempo, esa extraña certeza de que todo encaja TANTO con otra persona (¡Encajan hasta nuestras diferencias!). Y es agradable darse cuenta de ello, de que hay gente tan maravillosa como Magda con la que se puede compartir TANTO: camino, aprendizaje y una gran ternura.