jueves, 30 de agosto de 2018

Antigua diosa mediterránea
que ahora vagas, errante casi,
por este mundo envenenado de ruido,
por esta tierra asfaltada de grasa.
¿Qué ocurrió con aquellos
que te veneraban a ti y a la vida
en santuarios y templos
con el perfume del mar?
Abre tus ojos de piedra
y mira al cielo
donde bailan aún
la luna y el sol.
Allí estaré yo, contigo
resbalando hacia la vida
al ocaso y al alba,
de tu mano.