jueves, 31 de diciembre de 2020

 Supongo que, como todos los años, este 31 de diciembre toca hacer balance. Nunca he creido en la "magia" de esta fecha, pero al menos me sirve como punto de referencia a la hora de echar la vista hacia atrás... Y también un poco hacia adelante. Y es que este año ha sido extraño. No imaginé que acabaría tal y como empezó, y no me refiero a pandemias varias, que también. Creo que en lo personal ha sido mucho más importante, sobre todo por la aparición en escena de cierta persona que ha pasado a formar parte de mi vida de una manera extraña e inesperada. Extraña e inesperada como este 2020, un año que si por algo recordaré será por haber conocido a Magda :) Espero, quiero y deseo que este sea uno más de tantos otros con ella y con menos distancia de por medio.
   No se me olvida la tradicional lista de lecturas de este año. Así que ahí van todas las de 2020:
 

- Nada. Carmen Laforet. Novela.
- Nueve días de abril. Jordi Sierra i Fabra. Novela.
- Amor, curiosidad, prozac y dudas. Lucía Etxeberría. Novela.
- Podemos salvar el mundo antes de cenar. Jonathan Sefran Foer. Ensayo.
- Niebla en Tanger. Cristina López Barrio. Novela.
- Tristana. Benito Pérez Galdós. Novela.
- Germinal. Émile Zola. Novela.
- La fortuna de los Rougon. Émile Zola. Novela.
- La jauría. Émile Zola. Novela.
- Lágrimas en la lluvia. Rosa Montero. Novela.
- L'art de perdre. Alice Zeniter. Novela.
- Momo. Michael Ende. Cuento-novela.
- Nos vemos allá arriba. Pierre Lemaitre. Novela.
- Los colores del incendio. Pierre Lemaitre. Novela.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

El día en que te vea

 El día en que te vea me provocarás una inundación
entrarás como un diluvio en todas mis páginas
anotando con cada uno de tus gestos
las palabras y silencios que compondrán esta historia.
El día en que te vea cortarás con tu mirada
el continuo espacio tiempo que marca mis días
deshaciendo cielo y el infierno, todos los dioses y predicadores
en un beso hondo, largo y lento.

jueves, 26 de noviembre de 2020

1914

Las banderas se agitan tanto

como una extraña tempestad de verano

golpeando los tambores de guerra

que vibran en el cielo de las ciudades.


En los hormigueros de Europa

millones de orgullosas hormigas

bailan la muerte sin saberlo

borrachas de nación y patria.


La falsa mística de la gloria

parte en trenes abarrotados de una música irreal

que ahoga la voz de Jean Jaures

en la pólvora y la ignorancia.


Nadie ve aún las ratas mordisqueando los cadáveres

en las sórdidas trincheras

ni las cortinas de gas mostaza

sobrevolando los ahogos y llantos

de los impecables uniformes de colores.


Después de tanto dolor e hipocresía

el mundo no volverá a ser el mismo

pero todavía imperios y naciones

burgueses y obreros

sueñan el sueño de unos héroes

que en realidad no existen

que no existirán nunca

más allá de la prensa, los monumentos o el cinematógrafo.


El choque comienza. La pesadilla es real.

1914

    1915

       1916

          1917

             1918

sábado, 21 de noviembre de 2020

Poema corto para Magda

Entre el ruido y el bosque estás tú,
esculpida de luna y letras,
destruyendo las convenciones de la literatura universal
con esa delgada sonrisa
que planea a todas horas sobre mi memoria...

 

martes, 17 de noviembre de 2020

Te pienso como este atardecer de otoño:
cálido y único,
bañando de luz todas esas esquinas
que haces temblar dentro de mí.

 
Te dibujas en el horizonte
como hebras de nube
que alzasen el vuelo,
invitando a enredarse en sus alargados cuerpos.

Eres como los remolinos hipnóticos
que el mar traza junto a mí
con el murmullo lento y acogedor
que me recuerda a tu voz.

Pero sobre todo, me gusta pensarte
vestida de amanecer en la misma cama,
despeinada y envuelta en tu piel de mañana.
Cercana, real, inverosímil.

viernes, 13 de noviembre de 2020

   Es extraño y a la vez normal, pero a veces coincides en el espacio y en el tiempo con personas con las que estableces vínculos muy fuertes casi sin querer, personas que en ocasiones están lejos pero se sienten muy cerca. Sin embargo, creo que nunca antes había percibido algo así con alguien que está en la otra punta del mundo. Tampoco tenía, desde hace mucho tiempo, esa extraña certeza de que todo encaja TANTO con otra persona (¡Encajan hasta nuestras diferencias!). Y es agradable darse cuenta de ello, de que hay gente tan maravillosa como Magda con la que se puede compartir TANTO: camino, aprendizaje y una gran ternura.

martes, 8 de septiembre de 2020

 
 

Caminos de color polvo,
de abandono y ausencias
que yacen en el fondo de las ramblas
- heridas de cañas y piedras -
donde desierto y cielo se persiguen
por estas extrañas tierras.
 
Yo soy testigo allí, respirando paciente soledad
de lo caduco del tiempo humano y su memoria
como el viejo puente de hierro
y su muerta historia.
Ambos mudos en medio de tanto silencio.

 

martes, 21 de julio de 2020


Mirar este horizonte
es mirar por el retrovisor
de las páginas de mi vida,
escritas en ese hueco familiar
que se dibuja de luz
entre la montaña y el mar,
entre cada uno de mis yos.

Cuando ya no camine sobre la arena
los vientos de levante y poniente
seguiran meciendo
-en susurros o a gritos-
el tiempo de esta esquina esquiva
adormecida en las tardes de verano,
besada por cielos de fuego.

viernes, 12 de junio de 2020

microrelato negro

Aquel día, Celia no pudo evitar echar la vista atrás y contemplar todos sus crímenes con cierto regocijo. El espejo le devolvía una mirada esquiva y un amago de sonrisa cómplice que apenas dejaba adivinar todo el horror que había sembrado. Se evitaba a si misma al tiempo que admiraba aquella capacidad para hacer del crimen una obra maestra. El miedo y un extraño autoreconocimiento que la iba invadiendo, se entremezclaban en su cabeza como sensaciones contradictorias que no podía controlar. Se dejó dominar por ellas.
Pensó entonces detenidamente en lo que había hecho, en los detalles de la sangre salpicando las paredes, en los ojos vacios de vida de los cadáveres y en aquel viejo piso de suelos ajedrezados donde el hedor de la muerte se expandía como una presencia invisible invadiendo todas las habitaciones. Entonces supo que aquella no sería la última vez

lunes, 8 de junio de 2020

Trocitos de Zola II

"Entre tanto la fortuna de los Saccard parecía en su apogeo. Ardía en pleno París como una fogata colosal. Era la hora en que la jauría violenta llena un rincón del bosque con el ladrido de los perros, el restallar de los látigos, el llamear de los antorchas. Los apetitos destacados se contentaban al fin, en la prudencia del triunfo, con el ruido de los barrios derribados y de las fortunas edificadas en seis meses. La ciudad no era ya sino un gran desenfreno de millones y de mujeres. El vicio, llegado de arriba, corría por los arroyos, se desplegaba en los estanques, ascendía en los surtidores de los jardines, para caer sober los tejados, en lluvia fina y penetrante. Y parecía, de noche, cuando uno pasaba por los puentes, que el Sena arrasrase, en medio de la ciudad dormida, las basuras de la ciudad, migajas caidas de la mesa, lazos de encaje dejados en los divanes, cabelleras olvidadas en los simones, billetes de banco deslizados en los corpiños, todo cuanto la brutalidad del deseo y la satisfacción inmediata del instinto arrojan a la calle, tras haberlo roto y mancillado. Entonces, en el sueño febril de París, y mejor aún que en su búsqueda jadeante a plena luz, se notaba el desequilibrio cerebral, la pesadilla dorada y voluptuosa de una ciudad enloquecida por su oro y por su carne."

La Jauría, de Émile Zola

sábado, 30 de mayo de 2020

Trocitos de Zola I

"En Plassans, esta ciudad cerrada donde la división de clases se hallaba tan netamente marcada en 1848, la repercusión de los acontecimientos políticos era muy sorda. Incluso hoy día, la voz del pueblo se ahoga allí; la burguesía aporta su prudencia, la nobleza su muda desesperación, el clero su fina hipocresía. Aunque los reyes se roben un trono o se funden repúblicas, la ciudad apenas se agita. En Plassans duermen, cuando en París luchan."

La fortuna de los Rougon, de Émile Zola.

miércoles, 8 de abril de 2020

La radio acompaña las ausencias
que sobrevuelan la ciudad
convertidas en ondas de radiofrecuencia,
en latidos de pantalla,
Las azoteas superpobladas
son el mirador redescubierto
donde ahora los vecinos
se asoman al cielo.
La tarde de primavera
me acaricia las dudas
y las diluye en antenas y pájaros,
en su perfume mediterráneo.

martes, 31 de marzo de 2020




Cada tarde subo al terrao
y contemplo las viviendas desparramadas
que se extienden, revueltas,
como desordenados juguetes de la civilización.
Vigilada por las ruinas de la Muralla de Jayrán
la ciudad se deshace en una mezcla
de grises y naranjas de atardecer
que esconde sus calles al mar
en sucesiones infinitas de edificios desconchados.
Un ejército de nubes veloces
sobrevuela el silencio de las azoteas,
donde las antenas de televisión se mecen suavemente con el viento...
Donde solo quedo yo armado de un bolígrafo.
Sin cobertura.