lunes, 26 de septiembre de 2016

Allá donde se cruzan los caminos




Una luz brillante
en sus auroras de cemento,
una sonrisa perdida
flotando en el subterráneo
hedor del metro.
Camino entre multitudes solitarias,
sin esa prisa teledirigida
que fluye por las avenidas.
Respirando el perfume diesel
que emana nuestro
prodigio civilizatorio,
me dejo arrastrar
por esa mezcla
de lo castizo y lo moderno,
por ese frenesí
de ruidos sordos,
por ese río humano motorizado
que es Madrid,
siempre tan fatal y céntrica,
siempre tan seductora.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Trigo limpio.

Una centella azabache
cruza la mirada
tierna y severa.
Una sonrisa a destiempo
cabalga sobre un vermut
en un rincón
de Malasaña.
   Decía Shakespeare que es el destino el que baraja las cartas pero que somos nosotros los que las jugamos. Hay cosas que vienen ya dadas, determinadas por fuerzas ajenas a nosotros y que escapan a nuestro control. Sin embargo, también podemos elegir a lo largo de todo ese cruce de circunstancias que conforman la vida, podemos tomar decisiones.
   En ese sentido, en una época de mi vida que ya acaba, creo estar jugando bien mis cartas. Las incertidumbres se van convirtiendo en retos, pruebas y experiencias que van enriqueciéndome y aportándome mucho a lo largo del tiempo. Ahora, en otra estación del recorrido, toca preparar de alguna manera esa vida adulta en la que ya estoy. No será que será de mí de aquí a un año, pero puedo decir que, aquí, tirado en un parque de Madrid mientras una señora llama a su perro Josete apremiándole a volver con ella; que aquí, debajo de un árbol y sintiendo el césped húmedo de la mañana, el presente no está mal y me está dando unas cartas que no pienso desperdiciar.