miércoles, 25 de julio de 2018

La frontera invisible

No duermo yo
ni duerme este puerto
de barcos errantes
y maletas varadas
en el sopor matutino.
La música de los equipajes,
de las carreras para el embarque
o de los niños esperando al mar,
flotan en las luces azules de las oficinas.
Luego todos se van.
Y otros vienen.
Y continua, así, este ciclo de trasiegos en esta invisible frontera,
invisible línea a la ciudad,
invisible trazo en el mar.