jueves, 26 de diciembre de 2013

El aliento de Clio



En el devenir de los siglos
extiende Clio su aliento
confuso, caótico y complejo;
la historia, las historias;
de pueblos y civilizaciones
esparcidas a lo largo del globo,
insignificantes en el espacio y en el tiempo
que inventan los hombres.
El recuerdo de ruinas, del pensamiento
apenas recuperado o extinto por siempre,
un dibujo borroso
de las huellas del sapiens
cuanto más nos asomamos hacia atrás.
Desde los más extensos imperios,
hasta remotas tribus casi desconocidas,
orbitan años y años de mundos
solo intuibles por los contemporaneos,
atrincherados muchos en el siglo XXI.
En el camino hacia nuestra época,
el impredecible aliento de Clio
se respira más rápido, acelerando a los humanos
en una carrera de máquinas y dinero.
Nace un nuevo mundo
forjado en hierro, sangre y vapor;
que muta, muta veloz
por impulsos eléctricos y monetarios.
Carrera de incógnitas ¿hacia donde?,
el temor de la velocidad
no parece asustar
a la soberbia especie, y Clio,
algo cansada quizás, dejé
descansar el aliento que respira
sobre mujeres y hombres.

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