lunes, 19 de octubre de 2015

Aún a riesgo de que parezca un lamento
escribo invocando un abrazo improvisado,
o de que me describan en cuatro lineas
sin guardar la ropa.
La guardia continua en soledad
y hace la vista gorda
en una estación
por donde pasan trenes sin parada.
Una señal,
aunque sea solo un amago de brisa
que traiga el despertar
de lo que era otra vida.


1 comentario:

  1. ¿Cuatro líneas, es todo cuanto pides?

    Libera el pelo de su goma negra,
    deshaz la mueca de tristeza,
    aparta la mirada de los trenes y ven,
    contemos, descarados, las gotas de sudor de nuestra piel.

    :)

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