jueves, 20 de octubre de 2016

Hay un brillo de esperanza
en la mirada triste
que surca el mar
de los sueños rotos.
El tablero de Europa
se derrama de vergüenza
por sus esquinas y mares
de papel escarlata.
Lejos, chaquetas y corbatas de diseño
confeccionadas con hipocresía
aletean casi juguetonas
entre los rascacielos.
Se lavan las manos,
se atusan la mente,
duermen tranquilos
sobre el colchón de la política exterior.
Fracaso de sillones,
agonía en los desiertos,
cruceros de goma y madera en las playas.
Y verles envenenando votos,
dando abrazos suicidas a la avaricia
sin que los corazones salten de rabia.
Quietud en el crepúsculo de la vieja Europa.

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