martes, 13 de noviembre de 2018

Una cortina tejida de luces
ciega con gris al rebaño
que pasta tranquilo, ignorante o consciente,
por las ciudades sin cielo.
Mecánica de trucos baratos
que aplaude la masa,
efervescente.
Otros solo giran la cabeza.
Ejemplares ciudadanos apolíticos y moderados
conforman un vertedero de civilización
en el que bailan la muerte,
agitando felizmente sus copas cargadas de sangre,
consultando sus estados,
oliéndose el culo con el frenesí que impone
esta rápida existencia.
Usan y tiran como respiran,
dice que es ley de vida,
que la locomotora es implacable
y que no te puedes quedar atrás.
Paga y tendrás,
paga y serás libre,
paga y no pienses.
Paga y baila la muerte.

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