jueves, 4 de octubre de 2012

O romántico o gilipollas

Sin sentido, porque es que es que hay tantas cosas que están dejándo de tenerlo... Solo soy capaz de preguntar: ¿Hola? ¿Qué está pasando? Y en efecto, no hay nadie capaz de decirmelo. Es una película de más de dos años que se pasa en diapositivas. Todo es bonito y tiene sentido hasta que de repente el espectador comienza a ver rayas y deformaciones en el film, es de repente. Y en pocos minutos la película parece muy estropeada. Dándole unos golpecitos al proyector, este parece que empieza a enfocar bien, pero con mucho trabajo. A penas unos minutos vuelve a estropearse, pero esta vez no hay imagen, simplemente la pantalla está en negro. Se levanta a comprobar el rollo y ve que no hay más negativos, que se acabó la película. El espectador se pregunta extrañado: ¿Y por qué ha acabado? Había muchas cosas que no le gustaban o que estaban mal, pero al fin y al cabo era una muy buena película. No sabe que pensar, y empieza a buscar una segunda parte en alguna estantería llena de polvo, pero no encuntra nada de lo que quiere ver... Entonces dice con duda: Bueno, ya la encontraré o sacarán otra... Poco a poo, conforme pasa el tiempo se da cuenta de que la película no va a ser como el eperaba, pero sigue queriendo verla, solo por curiosidad, porque le encantó la anterior, y resignado va uniendo con cinta adhesiva negativos muy deteriorados y breves hasta hacer una especie de secuela extraña digna de Luis Buñuel. Lo que ve le da pánico, de repente toda la película de dos años deja de tener sentido, mientras en su cabeza solo hay dos preguntas ¿Cómo puede una película tan buena acabar de forma tan absurda? ¿En que pensarían los directores?

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Voila ¡Unos meses! Unos meses en los que se me han derrumbado esquemas, planes, concepciones... De verdad ¿QUE - ESTABA - PASANDO - EN - MARZO? Mi mundo ya no es el que era... Y sin embargo sigue siéndolo, porque al fin y al cabo soy YO. Y que vuelco. Veamos: Yo solía sentirme yo mismo y pleno cuando te miraba. Pero ahora au contraire, desvio la mirada, agacho la cabeza, modero la voz... Algo dentro de mi grita ¡Reset, reset! Y salgo disparado. Un rato después mientras camino algo más despacio, miro a mi alrededor intentando asegurarme de que todo lo que perciben mis sentidos es real. Lo es ¿Por qué soy tan iluso? ¿De romántico soy tonto? Y sin embargo mi corazón se agarra ya no a ti, sino a esa capacidad y manera de sentir a alguien, con una tenacidad digna a la de un beato agarrando una cruz. Conclusión, soy así, y tendré que convivir con esa zafoniana faceta. Porque si no, no sería yo, esa forma de ver las cosas es MÍA, me define como persona. El amor, que no la dependencia, es necesario, como el aire. Solo le falta un poquito de trabajo con la cabeza. Y aun así todo parece tan irreal... Sigo caminando y cae un pañuelo usado de un árbol (¿..?), sigo caminando, y al mirarme en el escaparate de una tienda intentando encontrar algo (no se que) en mi rostro llueve agua de aire acondicionado sobre mí (A mansalva) Me rio y hablo solo, preguntándome que demonios pasa...  Ahora más que nunca------ ¡HILARARANTE SUERREALISMO!------ Y es cierto ¿Qué pasa? Después extiendo los brazos ya en la Avd de Pulianas y el aire fresco de la noche me convence de que me hallo en el mundo real... Pero ¡Señoras y señores, a veces cuesta darse cuenta!

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