domingo, 10 de marzo de 2013

Visita nocturna

Esta noche es otra de tantas... Tengo sueño, y me iré a dormir en breve, pero... Siento unos pasos en el pasillo del piso. La puerta se abre. Aquí están. Era de esperar. Los dos me miran fijamente, con reproche. El primero en hablar es Frank Bedeau. Su eterna sonrisa cargaga de sarcasmo acompaña su mirada gris e inexpresiva.
- Buenas noches tenga su literaria excelencia -me dice.
- Bue... Buenas noches... -les repondo sin dar crédito tadavía, mirándolos a ambos.
- Tal vez te preguntarás que nos ha hecho saltar de las páginas y hacerle una visita a medianoche a este intento de escritor...
- No seas duro, Frank. Tiene demasiadas cosas en la cabeza -le dijo Danielle. Luego me mira- aunque a veces tendría concentrarse más en nosotros, ejem... ¿no es cierto, Victor?
No he bebido, no esta noche, y sin embargo ahí están los dos. Tan reales que siento que puedo tocarlos. Tal como los iamgino. Danielle, bajita y con el pelo y los ojos oscuros me lanza una mirada que lo dice todo, y Frank... bueno, él me lo dice a su manera.
- Yo... -acierto a decir mientras asimilo que estoy hablando con Danielle Gaudet- en fin, he estado muy ocupado con examenes, y... 
Frank sin embargo, no parece satisfecho con mis explicaciones y en sus manos aparece un revolver que con un chasquido me invita a la reflexión. 
- ¡No sea bruto! -le dice Danielle.
Sin embargo, momentos después, me encuentro jurando -a punta de pistola- sobre la portada de Las Musas de Paris que mañana retomaré mi trabajo y seré constante. Mi heroina y protagonista me mira encogiéndose de hombros ante las maneras del periodista, con una sonrisa de resignación.

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