lunes, 15 de octubre de 2012

experimento

Hace unos días, en un concierto de piano en la facultad de medicina, me dio por sacar papel y pluma mientras sonaba la música de compositores rusos. Me planteé escribir sin parar y sin pensar dejándome llevar por la música. Quizás lo que salió no tiene sentido, pero como mi vida ultimamente tiene una deriva un tanto surrealista creo que por lo menos el resultado fue curioso. Que saque sus conclusiones quien quiera de estás lineas. Posiblemente ni las haya...

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Sonaba el piano, melancólico y tremendo
en el piso de las calles mojadas se escurría la desdicha entre los adoquines
Luces mortecinas anunciaban una noche que nunca llegaba, siempre estancada en el crepúsculo
Había peces brillantes y oscuros nadando con parsimonia en el estanque de la ciudad
La luz manaba de locales y antros varios
Señoras de hipocresía que se paseaban contoneando unos cuerpos marchitos
¿Era posible que me hallara en medio de todo aquello, bailando al compás del piano con farolas de alto postín?
Chapoteaba como ido en charcos de agua sucia mientras veía el vaho asomar por la puerta de los burdeles.
Allí bailaban dinero y carne juntas, cogidas de la mano, sin saber que había almas agarrotadas en el perfume barato.
Y es que la piel de una mujer joven, siempre arde al son de sus ojos.
Gravedad, teatralidad en el gesto.
Otros eran los bailes que practicaban dentro.
La melodía parecía defromarse por momentos.
Mientras, yo danzaba en la calle con la imaginación martilleándome de aplausos.

                 ¡Fin!



En la otra cara de la hoja y con otra obra escribí esto:

Luces prendidas de una melodía caótica pero floja en propositos, un cavalgar de ritmos vacio.
Lo agudo y lo grave cuelgan del corazón de un servidor.
Cadencias que suben y bajan sin que se detenga la pluma.
Un cabaret de expectadores muertos
¡Ellos mueren entre luces y sombras! ¡Pero viven, viven más o mejor -según se mire- que quien sostiene la pluma!
Suenan esas teclas que me golpean grave o agudamente el corazón sin parar.
Sonidos que  se alzan en la imaginación de un mundo sin tiempo.
Cuando hay sonidos, entre contrastes pianísticos no hay tiempo. 
Como cuando corre la pluma sin parar.
¡Se acabó el papel!
¡Pero continua el cabaret de luces y sombras!



2 comentarios:

  1. La verdad es que parece un experimento de lo más llamativo, y no cabe duda de que lo que ha salido de ello también lo es.
    Me gustaría ver qué puedes hacer con esto, si podrías usarlo como base para algo más largo... sería interesante.

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  2. http://iliveineapoe.blogspot.com.es/
    A dream Within a Dream

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