domingo, 18 de noviembre de 2012

La canción desesperada...

   Aun no se que es lo que ha propulsado la bicicleta desde la Carrera del Genil hasta la Avd de Pulianas en menos de 10 minutos, pero todo lo que se ha acumulado en mi interior en ese momento se ha ido por los pedales. Los peatones, asustados, probablemente hayan contemplado mi rostro desfigurado mientras circulaba temerariamente por las calles. Mi alma parecía escaparse en forma de vaho por mi boca... Sus manos entrelazadas, paseando por el mismo sitio que paseabamos ella y yo... Pendiente de los cambios de la bicicleta hasta que algo me ha hecho levantar el rostro, no se que. Y los he visto. Sus manos, sus manos me queman el alma, incendian mi ser, que siento que va a estallar en llamas. Como si cada uno de los dos hubieran cogido un trozo de mi corazón con dos hierros al rojo vivo, haciedno presión. "Se te pasará, esta es la última" -me decías en mi imaginación machacada con un mortero-. He aquí el acto final, el telón ha caido. Y los pedazos se rompieron en pedacitos, y estos se hicieron polvo... Y, sobre ese polvo sopló el viento del olvido y el recuerdo, se difuminó todo en el tiempo como aquel abrazo... ¿Que le diría ella? ¿Qué le diría él? "Era mi ex" o algo así... Yo que se, y tampoco quiero saberlo.

   Pero miraste, justo cuando yo torcía la mirada y continuaba con la bicicleta. No se si te has quedado mirando, no se que has sentido. No lo se... Solo se que los demonios llevaban en volandas mi BH por las calles y que las vibraciones de los adoquines amenazaban con desmontar la bicleta en pedazos. Solo se que aquella Granada que fue testigo de nuestros pasos, de nuestros llantos, de nuestros besos. Solo aquella que podría explicarte lo que hemos vivdo, esa Granada también será la única que conozca lo vuestro. Y la única que me ha vito esta noche poniendo la mayor distancia posible de vosotros con la bicicleta. Como si a la película del recuerdo se le superponieran  diapositivas nuevas... En sepia... Ahora es como estoy dentro de ti: En sepia. Hay dos Granadas, una en sepia, la otra en technicolor (En 3D, si me apuras, y para hacer la gracia...)

   No se que sentir, no lo se, quizás por el cansancio no he derramado una sola lágrima. Quizás porque toda la fuerza se ha ido por la piernas dejandome en un estado de sedación mental casi absoluto al llegar a casa. O a lo mejor es que he llorado ya demasiado por lo mismo. En cualquier caso, se acabó, esperaba ese golpe, y para que engañarnos, lo buscaba ¿por qué? Porque es el último, porque ya no hay más, porque me siento triste, cansado y un millón y medio de cosas más, pero dentro de poco me sentiré EN PAZ. Dolerás, pero como un recuerdo. Mientras solo puedo decirte, se feliz, amalé, no hagas caso de mis palabras egoistas, ama, estás hecha para eso, para que te den todo el cariño del mundo, para emocionar con esa mirada oscura y hacer que se remueva el alma, para sonrojarte de esa manera tan tierna... El capítulo YO ya es otra historia, no está en la tuya y no estará al no ser que algún día el destino o tu voluntad vuelvan a ponernos en una encrucijada en una Playa de Cabo de Gata o en la cima del Kilimanjaro.

   Y ahora te hablo a ti, si a ti, destino imprevisible y caprichoso ¿Qué me tienes reservado? ¿Qué camino? ¿A donde me llevas? ¿Es esto todo? ¿Seguro que no hay nada más? Es absurdo preguntartelo, eres callado, te gusta sorprender... Como hoy, los he buscado tantas veces por la calle con la mirada entre la multitud... Y hoy, SI, HOY, que volvía tranquilamente de una clase de piano, tranquilo, algo cansado, pero con gana de llegar y comer algo caliente. HOY que no esperaba nada, HOY me has traido eso, el último golpe. Es normal, en contra de lo que pienso, siempre actuas con lógica. Si lo hubiera esperado no habría sucedido, siemrpe haces igual, siemrpre juegas a que no me espere las cosas, para bien o para mal. De hecho me la trajiste en un momento en el que no esperaba nada de nadie, me la trajiste sin avisar... Igual que a ella se lo has traido a él cuando más lo necesitaba. No se lo que me reservas, se que muchas veces peco de tremendista y de martir, pero por favor, sea lo que sea, se benévolo. Por favor.

   Y entre tanto, y por contraposición
    se teje una coraza
    tan gruesa, tan gorda, tan defensiva y artificial
    que dudo que nadie pueda traspasarla
    prosiguen los hilos de acero
    entrelzandose y cerrando lo mas hondo
    poniendolo a resguardo de todo
    dejando un camino inexpugnable
     difícil de recorrer
    se cierra sobre Eduardo, sobre Edu...
     queda solamente una creación defectuosa de su imaginación
    ese tal Victor Legrand... A veces
    Otras es él, pero filtrado por la coraza


                  Fin de la disertación, estoy cansado y me voy a casa de un amigo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario